Certero, breve y contundente. Yo caminaba por la ladera del río mudo. Los relojes tienen carrocerías y espantan los timones del alma. Como timarnos entre nosotros, creyéndonos dueños del vacío que lega la miseria que la sombra prodiga. Viré por aquel jirón dejando la espalda del lomo torcido. Y ahí en aquella esquina, la del “Bor del Cholo Chumbipuma Coropuma” estaban los dos. El Primo y Richi. ¡Félix ya! dijeron en coro. Ya empezamos. Ya lo hicimos. Hablaban de reclamar sus poemas a viva voz entre los “alcoholicomensales” del “bor”. El amo puma dijo: ya estuvo aquí una gente dejo otra y se fue por otras. Dejan cabos de silencio y honra. Vamos Félix acicálate. Viste tu “carganta” de fuego con tierra líquida que del bolsillo emigra. ¡Puta amadre! tanta miseria en los codos, en la boca y en el costado. ¡Vamos Félix! yo te anuncio. Decía El Primo mientras hidrataba su enfermedad. Richi oye los pasos de quien pernocta en su angustia. ¡Puta madre! tanta miseria no la posee y la hace rica. ¡Vamos Félix! Yo me puse en pie de costado y casi desmayado sobre un taburete desenfundando mi guitarra que envuelta por la bandera bolivianachavezevo que, flameaba mis ausencias. Dime Tom ¿Qué haces? Yo alquilo los codos por si hay que reptar. Vamos “cabarazo”. Dale a las cuerdas. Jale. Suceden los “rudios” como los latidos del corazón y no nos damos cuenta. ¡Maldita sea! tanta miseria y no olernos bien. Ta ta ta jut jut charch chars. Listo. Concluí. Los doscientos “alcoholicomomensales” ataviaron de silencio el ruido. Ahora El Primo se tumba tumbo al suelo “oparar” “dedicarle” un poema al mecánico Ruiz Thompzon Ortega Gonzo Gabriel. Sì, así que en la axila, que en el codo, que en el picho pecho, que en la lengua que ni la “palanbra” encumbra, que en el sexo muerto, tras los hijos que mueren en el inodoro. Pa pa pa pa pa mientras Richi dejaba escapar sendos rayos desde sus ojos. Pa pa pa ta ta ta ta jut jut jut jut concluyó. ¡Listo! Vamos vàmonos vamos como si hubiéramos apagado un incendio en el fondo mas paupérrimo de la podredumbre. Juntos hasta la “vía experozo” de la nada a la anda. Ellos para la izquierda y yo de frente hasta y para cabalgar a “Garoua”. Un bolo. Un bolo para morir, un bolo para vivir mientras Marina Louise se extraviaba muy temprano en una fotografía donde funde una metralleta que se trababa de ría. Las diatribas son certeras cuando se las lleva quien se oculta en el cajón… Pastillitas de destroza….
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